El tema de esta semana es Un mundo a oscuras: la opacidad de los gobiernos. Y es que la transparencia constituye uno de los avances más claros y promisorios de esta etapa de alternancia y transición contradictoria e inconclusa. No tener medios de transparencia para informar al ciudadano constituye un evidente retroceso.
Una de las primeras informaciones que deseamos conocer los ciudadanos es el tabulador de sueldos, saber lo que ganan y las prestaciones, viáticos y compensaciones que reciben los gobernantes y los miembros de su administración; también queremos saber cómo se gasta el presupuesto y en qué, quiénes son los que están en el padrón de proveedores y en el de contratistas de obra, a quienes se asignan los concursos, por qué a equis o por qué a ye. Si hacen uso de endeudamiento público, si realizan donaciones y a quiénes. Todo debido a una simple situación: el dinero que utilizan es dinero de todos y es a todos a quienes nos deben de informar. Sencillo ¿no? Pero esto no sucede así, desafortunadamente.
A pesar de que existe una ley que los obliga, y subrayo el término, obliga, esta no es acatada. Y aunque dicha ley, la Ley de Acceso a la Información Pública para el Estado y los Municipios de Guanajuato, tiene un apartado de sanciones para el que no la cumpla, este apartado es demasiado disperso y poco enérgico para los sujetos obligados como son los Ayuntamientos. Pero la pregunta que salta inmediatamente es ¿por qué si no tiene nada qué ocultar, la autoridad no publica al menos los 24 datos que la ley los obliga de oficio, es decir, sin necesidad de que medie petición de nadie?
Actualmente existe un sitio del gobierno municipal en www.presidenciavalledesantiago.gob.mx que es la página oficial del municipio y en donde se debería consultar toda la información pública que por ley es de oficio.
La información de oficio que obligadamente debería de estar disponible en ese sitio es, por ejemplo: Las leyes, reglamentos, decretos administrativos y circulares y el enlace no funciona; El directorio de servidores públicos, desde el nivel de jefe de departamento o sus equivalentes hasta el nivel del funcionario de mayor jerarquía que, aunque incompleta y desactualizada, si está; El tabulador mensual de dietas, sueldos y salarios, que también está accesible; La cuenta Pública, el monto del presupuesto asignado, así como los informes sobre su ejecución y los datos de la deuda pública, que no están; El listado de contratos, su monto y a quienes les fueron asignados, que tampoco están.
Porque seamos sinceros ¿sabemos cuáles son los reglamentos que rigen en nuestro municipio? ¿Conocemos el reglamento de estacionamientos o el reglamento de construcciones municipal? ¿Sabe usted cuánto gana el alcalde, los regidores o los demás miembros de la administración municipal? ¿Conoce, al menos cercanamente, cuánto se va a gastar el municipio de Valle de Santiago este año 2011 y en qué? ¿Sabe qué obras públicas se han contratado, con quién y a cuánto asciende el monto de dichos contratos?
Pues toda esa información deberíamos de saberla por ley, es información que de oficio, debe publicar, entre otros medios, “vía remota” como lo es internet el ayuntamiento. Es su obligación, no es una graciosa dádiva ni una amable concesión. Es su obligación y no cumplirla dice mucho, y dice mal, del ayuntamiento. Es un mundo a oscuras, un gobierno opaco.
Me despido en un, dos, tres:
Uno, la frase. Deformar al Estado y sus leyes ha resultado más cómodo que transformarlo.
Dos, la cifra. Según el tabulador que existe en la página www.presidenciavalledesantiago.gob.mx el Alcalde Municipal gana $73,796 pesos al mes y los regidores $34,439 pesos cada uno.
Tres. Eso es todo. Ciencia y conciencia para un mejor mañana. Nos vemos el viernes próximo. Hasta ese entonces y gracias.
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