EL REGRESO A LAS ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO Por Antonio Silva Tavera
Desde el 2008, al menos, se ha propuesto un giro radical en el sistema educativo: el restablecimiento de las escuelas de tiempo completo. Es propuesta concreta, con matices interesantes de viabilidad y conveniencia. No es algo nada descabellado, ni es la primera vez que se propone.
Hoy hablaré de la propuesta del regreso a las escuelas de tiempo completo. ¿Qué son? Simplemente, el Programa Escuelas de Tiempo Completo se propone ampliar las oportunidades de aprendizaje de los alumnos de educación de tipo básico, tanto las dedicadas al logro de los propósitos y al estudio de los contenidos, así como a impulsar el desarrollo de las Líneas de Trabajo, a través de la ampliación gradual del horario escolar, de 8 de la mañana a 5 de la tarde, para alcanzar 1,200 horas de clases anuales. Al menos, eso es lo que nos dice la SEP.
Para ello hay un programa piloto en el que están ya inscritos varios planteles. Miles en el país y 45 en el estado de Guanajuato. Hasta ahora, es un programa de adscripción voluntaria.
Este programa no solo se inserta en lo pedagógico:
§ En México existen muchos hogares en los que el padre y la madre trabajan y la duración de la jornada escolar ampliada puede beneficiarlos a ellos y, desde luego, a sus hijos.
§ En situación social de vulnerabilidad, este programa permite combatir las desigualdades dando elementos a los educandos para paliar este componente porque va dirigido solo a escuelas públicas en zonas marginales.
§ Existe un apoyo económico a personal docente y directivo que este año asciende a más de 500 millones de pesos.
Sin embargo, una de las interrogantes que primero saltan es que existiendo varios planteles que cuentan con dos turnos ¿habrá las aulas suficientes para tener uno solo como exigiría el sistema de escuelas de tiempo completo? Y de ahí surgen otras preguntas ¿existe la disposición de padres y maestros para tal cambio? ¿Qué tan bueno, en resultados educativos, sería este cambio con sabor a nostalgia?
Si, a nostalgia porque hace tiempo en las escuelas primarias de Valle de Santiago, como en todas las escuelas del sistema de educación pública del país, se asistía por la mañana y por la tarde al aula, a escuchar a los profesores que realmente se la rifaban con grupos muy numerosos. Yo recuerdo gratamente a mi grupo de primer año en la escuela primaria Profesor Rodolfo R. Ramírez, donde la maestra Cuca, como con cariño y respeto le decíamos, tenía 73 alumnos. Los profesores suplían la numerosa y nada recomendable, pedagógicamente hablando, cantidad de niños o la escasez de recursos técnicos y materiales con un enorme deseo de enseñar. Amaban al magisterio como un apostolado de hecho y no de verbo.
En cuanto al inventario de aulas de primaria a nivel nacional, se sabe que hay varias partes del país en donde estas permanecen semivacías. Algo que sucede con mayor frecuencia en el medio rural. El último dato del INIFED habla de un 60% de planteles subutilizados en el país.
Sin duda alguna, existen actualmente muchos profesores que tienen una a toda prueba vocación de servicio. También hay más facilidades e incentivos para que se preparen por ejemplo mediante la carrera magisterial.
Ya en una cápsula siguiente hablaremos del programa Escuela Segura y su situación en Valle de Santiago, donde solo 3 planteles aparecen en la lista de instituciones adscritas.
Me despido en un, dos, tres:
Uno, la frase. Pues hoy no hay frase. Solo recordar que hace justamente un año empezamos con estas cápsulas. Agradezco a los radioyentes y al excelente amigo Memo Pérez Lara por este tiempo y amenazo con continuar haciéndolo. Gracias.
Dos. Lo invito a que visite en internet el sitio www.valledesantiago.org.mx y
Tres. Eso es todo. Ciencia y conciencia para un mejor mañana. Nos vemos el jueves próximo. Hasta ese entonces y reitero nuevamente, gracias.
