jueves, 15 de julio de 2010

037 CÁPSULA CIENCIA Y CONCIENCIA

  15 DE JULIPortapapeles0003O DE 2010
SOBRE LA PARTIDOCRACIA (1 de 3 partes) Por Antonio Silva Tavera

Portapapeles0001 Hemos escuchado y seguido con sumo interés las charlas que sostienen nuestros buenos amigos Carlos Pérez Nieto y el Lic. Guillermo Pérez Lara y he constatado su recurrencia en el tema político-electoral que es, sin duda alguna, un tema que también ocupa a muchos mexicanos.
Ahora mismo el tema de la alianza PAN-PRD, el agua y el aceite, para enfrentar a un victorioso PRI, representante de “el gran dinosaurio renacido”, es tema de debate continuo. Como en aquella película de los sesentas protagonizada por Clint Eastwood, “El bueno, el malo y el feo”, los tres grandes partidos en México pueden hacer compartido el título entre ellos. Ya dependerá de cada uno de los ciudadanos darle el mote respectivo.
El hecho, irrefutable por cierto, es que los partidos políticos son las instituciones que menos confianza generan en el ciudadano. Desconfianza mayor que incluso el de los cuerpos policiacos que tradicionalmente habían ocupado tan ignominioso sitio. Eso no habla bien del sistema de partidos en México. ¿Qué pasa con los partidos políticos? ¿Han sido presas de sí mismos en el ansía desmedida de alcanzar el poder a como de lugar?
Es verdad que uno de los fines irrenunciables de los organismos políticos es alcanzar el poder para que desde ahí puedan hacer perfectamente reales sus plataformas y sus ideas del proyecto de nación que postulan. Sin embargo ¿será a través de una alianza en donde solo se busca el poder a secas? Si esto es así, pronto quedarán atrapados en estulticias programáticas y vaguedades ideológicas. Fukuyama, politólogo estadunidense de origen japonés, escribió un polémico libro llamado “El fin de la Historia”. A grandes rasgos en él describe a la historia humana como una “lucha entre ideologías” que, sin embargo, tras la derrota de las utopías con el fin de la Guerra Fría, ha concluido. Con ello, finaliza Fukuyama, ha comenzado un mundo basado en la política y la economía neoliberales.
Podemos estar en desacuerdo con lo anterior –el propio Fukuyama ya no es un convencido-, pero ¿la falta de ideología político-económica puede justificar la falta de principios ético-morales? Me temo que no. Pero también salta la duda: ¿por qué tanta polvareda sobre las alianzas PAN y PRD ahora? Esto debido a que en el pasado reciente ya se habían dado. Recordemos que en el sexenio de Fox se aliaron estos partidos para ganar las gubernaturas de Nayarit, con Antonio Echevarría, y de Chiapas, con Pablo Salazar, sin que se oyeran tantas voces tan estridentes como ahora, que las califican de repugnantes.
También hay que señalar, en honor al equilibrio, que hay intereses supremos que hacen totalmente legítimas las alianzas de las fuerzas políticas. Fue el caso de España, donde fuerzas de todo el espectro político se sumaron en aras de alcanzar una solidez institucional que diera a la democracia española una oportunidad es un buen ejemplo. ¿Será el caso de México? Al menos no muchos perredistas ni no más panistas lo creen. Cierto, no pocos panistas ni no menos perredistas están en total desacuerdo con la alianza diseñada e implementada por las cúpulas dominantes en ambos institutos políticos. Aunque después de este 4 de julio en los estados que ganaron los aliancistas –Tres de cinco: Oaxaca, Sinaloa y Puebla- habrá que observar de cerca la conformación de esos gobiernos y concederles el beneficio de la duda. Los intereses, los manejos facciosos y los grupos radicales de uno y otro bando operan en contra de un desenlace positivo. Si la derrota y el miedo al PRI los sumó habrá que esperar si la victoria y la euforia no los divide.
La periodista Denise Dresser, una especialista en temas políticos, asevera que “el PRI es beneficiario de un PRD que se devora a sí mismo y de un PAN que se traiciona a sí mismo”. Mientras tanto, en Oaxaca un presidente municipal priísta molesto por un “lero, lero, el PRI perdió” sacó su pistola y mató al burlón. Son los resabios de un México que se niega a desaparecer.
En términos de libertades, donde cualquiera puede criticar hasta al Presidente (la “Universidad del Coscorrón” como decía el recientemente fallecido Monsiváis), y en términos de equilibrio democrático de fuerzas, el PAN, ni haciéndolo mal, llegaría al nivel del PRI, ni cuando lo hizo bien.
Me despido en un, dos, tres:
Uno, la frase. “Hay quienes siendo exitosos en las urnas, resultan un completo desastre en el gobierno”. Héctor Manuel Espino Barrientos.
Dos. Lo invito a que visite en internet el sitio www.valledesantiago.org.mx y
Tres. Eso es todo. Ciencia y conciencia para un mejor mañana. Nos vemos el jueves próximo. Hasta ese entonces. Gracias.