jueves, 7 de octubre de 2010

048 CÁPSULA CIENCIA Y CONCIENCIA

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LA CALLE: SUSTANCIA DE LACIUDAD Por Antonio Silva Tavera
image El tema de esta cápsula, que ya es la número cuarenta y ocho, es hablar un poco sobre la calle como elemento básico y articulador de la construcción de ciudad.
Bueno, si hablamos de obra pública inmediatamente salta la pregunta: ¿Cuáles podrían ser consideradas prioritarias y por qué? Usualmente pensamos siempre en una serie de obras como las imprescindibles. Las de cada año. Las infaltables. Y que cada año suelen quedarse, como las señoritas de mi pueblo: siendo las mejor engalanadas de la fiesta, terminan sentaditas, bien portaditas pero sin bailar. Construir mercados nuevos o, incluso, la remodelación del actual, la central de autobuses o, algunos aventuran, un parque industrial o agroindustrial como si las posibles empresas solo estuvieran esperándolo para atropelladamente instalarse en Valle de Santiago. En suma, en esto de obra pública prioritaria hay para todos los gustos, sabores y preferencias. El análisis para ver cuáles son prioritarias y en dónde deben de edificarse es motivo de un estudio serio pero hoy quiero dedicarle este espacio a un aspecto urbanístico poco estudiado y menos ponderado. Este es la construcción de ciudad.
La calle construye ciudad, es el elemento fundamental de los asentamientos humanos. Desde la aldea primitiva hasta la ciudad moderna, esta cumple funciones específicas, como facilitar la libre circulación de personas y de vehículos, así como delimitar y dar acceso a las casas, comercios y edificaciones diversas.
La calle está constituida por elementos primarios y secundarios. Los elementos primarios son la banqueta destinada al peatón, el arroyo para la vialidad vehicular y la iluminación. Los elementos secundarios son los árboles, las plantas de ornato y el mobiliario urbano.
Sin embargo este, el espacio público por excelencia junto a las plazas, jardines y parques, ha sido utilizado para darle prioridad al elemento intrusivo y destructivo número uno de nuestras ciudades: el automóvil. Se crea ciudad para el automóvil y no para la gente. Dentro de un auto no se puede convivir y crear comunidad.
La peatonización, como le llama Sara Topelson Subsecretaria de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio federal, es importante para incrementar la sustentabilidad de una ciudad. Se influye en la economía urbana, la calidad ambiental y el bienestar social. Las áreas para caminar son un medio de proveer soluciones interesantes y prácticas a muchos de los problemas urbanos, un retorno a la ciudad de escala humana.
Retomo entusiastamente varios de los conceptos que nos propone la arquitecta Topelson. Dentro de ellos, las banquetas son el elemento más importante de la infraestructura, la base de la comunicación social y la convivencia vecinal, el encuentro entre lo público y lo privado. La memoria de la ciudad se remonta a la infancia, a los juegos infantiles que tienen lugar en las banquetas: al avión pintado, la rayuela, el bote pateado, las canicas, por sólo citar algunos de ellos. Por eso es tan importante construirlas tan amplias como sea posible.
Hoy, cuando la urbanización del planeta es incontenible, impulsar el transporte público y la redensificación, como en los países desarrollados, ha ayudado a reducir drásticamente el número de automóviles en circulación. Un ejemplo exitoso de hacer ciudad de esta manera en nuestro país nos lo ofrece la ciudad de Culiacán, Sinaloa.
La ciudad genera valores y comportamientos. El espacio público iguala a los individuos. Las banquetas amplias y las ciclovías muestran que en el diseño urbano los ciudadanos de a pie o de bicicleta son tan importantes como los que tienen automóviles lujosos. En urbanismo, el interés general debe prevalecer siempre sobre el particular.
Un Valle de Santiago amable, respetuoso de la dignidad humana, no violento, deberá tener banquetas ejemplares en todas sus calles y avenidas, al ser ellas el elemento civilizador más importante del urbanismo. Amplias, arborizadas, bien iluminadas, con cableado subterráneo, regulación de anuncios y dotadas de ciclovías. Simplemente, aceras caminables. Termino preguntando como ejercicio de reflexión ¿ha intentado ir de un lado a otro de la ciudad sin terminar frustrado por tanto obstáculo? ¿Lo ha hecho últimamente?
Me despido en un, dos, tres:
Uno, la frase. La calle crea ciudad y crear ciudad es hacerla vivible.
Dos. El dato. En promedio en las ciudades mexicanas las calles ocupan más del 15% de todas las manchas urbanas y
Tres. Eso es todo. Ciencia y conciencia para un mejor mañana. Nos vemos el jueves próximo. Hasta ese entonces. Gracias.