Decía el popular filósofo de Güemez, ese mítico personaje pleno de sabiduría y sarcasmo, que “Cuando el gallo canta en la madrugada… pue’que llueva mucho, que llueva poco o que no llueva nada”. La semana pasada comentábamos, en esta misma cápsula, sobre la transparencia. Ahora el tema breve a tocar es el de la libertad de expresión. Curiosamente, ambos son valores muy apreciados en nuestras democracias occidentales pero muy mal entendidos en lo general y poco observados en lo individual.
El tema de la libertad de expresión se convirtió en tema Bestseller, debido a unos sucesos de orden nacional. Primero, a finales de la semana pasada en la cámara de los diputados federales, un grupo de legisladores, del PT y PRD, colocaron una manta en tribuna en donde denunciaban el alcoholismo del Presidente Felipe Calderón. No era una presunción pues era una denuncia que afirmaba.
Estos diputados no pasaban de 5. Encabezados por Fernández Noroña, aquel sujeto de triste memoria, exbarzonista, exbeneficiario del “borrón y cuenta nueva” bancario, experredista y protagonista principal de sainetes y vandalismo político, sostenían la manta, por cierto, con notables errores ortográficos pero que para esta gravosa situación serían lo de menos. Don Fernández, como desagravio gratuito para tratar medianamente de explicar su política de bandoneón -errática y a conveniencia: El mismo botón en el bandoneón tiene tono diferente según se abra o se cierre el fuelle-, se ha pronunciado como aspirante “serio” al GDF. Está muy mal que solo 5 truenen a una gestión de más de 400 asistentes de los 500 que deben de estar.
“Lo que de aquí pa’llá es subida, de allá pa’cá es bajada”, decía el filósofo de marras.
Ante una pregunta expresa que le hice personalmente al diputado Fernández Noroña sobre qué pruebas fehacientes tenía para sustentar su afirmación del alcoholismo del Presidente Calderón su respuesta fue alucinante, desconcertante y sin sustento: “¿Qué? ¿La foto de la manta no es suficiente?” Es absurdo. La foto fue evidentemente retocada. Adicionalmente, no hay fehaciencia real que en cualquiera de los muchos actos en que se ha presentado Calderón Hinojosa haya llegado en estado inconveniente.
Esto tiene varios e interesantes matices. Uno, ¿Qué tanto los personajes públicos, del orden federal, estatal o municipal tienen vida privada? El asunto pasa por saber qué tanto interfiere esa vida privada en su desempeño público.
Dos, después se sucede el caso de la famosa periodista Carmen Aristegui, despedida por su empresa MVS, en donde esta empresa alude falta a los códigos de ética para justificar su cese fulminante. Y surgen dudas nuevas ¿qué tan válidas son las exigencias de una periodista que toma como “reales” los supuestos que surgen en una manta y en las redes sociales, como Twitter principalmente, para pedir desmentidos al gobierno de la república? ¿no es primero la carga de la prueba de quien acusa? ¿no era más lógico primero pedir dichas pruebas a los diputados del PT o a Noroña mismo y que ya vimos que no las tiene?
Tres, que es el punto de los comunicadores. No son neutrales. Nadie es neutral realmente. Decía Noam Chomsky que la objetividad y la neutralidad no existen. Y es cierto, a lo más que aspiraríamos es a la objetividad neutral y a la neutralidad objetiva. Cuando se llegan a posiciones, se llegan a posiciones y eso podría haberlo firmado el célebre filósofo de Güemez.
Usualmente esta cápsula pretende abordar temas locales y aunque ahora los dichos no sean de este ámbito si terminan siéndolo. Si los son, porque la libertad de expresión es competencia también en este nivel y porque las maneras que tienen la calumnia y el rumor, tan sucias y poco edificantes, son importantes evitarlas.
Me despido en un, dos, tres:
Uno, la frase. En esta ocasión no podría ser otra más que una del ya citado filósofo de Güemez: “¡Cría cuervos y… tendrás muchos!”
Dos, la cifra. En la cámara de diputados federal son 500 diputados; 300 fueron electos por el principio de mayoría relativa, esto es por voto directo y los otros 200 son de representación proporcional, los plurinominales, los de voto indirecto ¿no le parecen que son muchos?
Tres. Eso es todo. Ciencia y conciencia para un mejor mañana. Nos vemos el viernes próximo. Hasta ese entonces y gracias.
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